sábado, 13 de noviembre de 2010

Mis orígenes

La villa de Nazar, se localiza en un extremo del valle de La Berrueza, al socaire de las montañas, donde domina la  cima de Costalera de la que se disfruta de la vista privilegiada del valle y se divisan las montañas de Joar, (por donde vemos cada día meterser el sol) Gorbea, Montejurra el Moncayo  Urbasa, y La Sierra de la Demanda e incluso, los Pirineos
Este pueblo proximo al monte, donde  las últimas casas del barrio de arriba, tienen como muga zonas de vegetación de alta montaña, tiene una antigua tradición ya que aun permanecen las ruinas de edificios cercanos, que en su día fueron las ermitas ya inexistentes de Santa Lucia, justo encima de la era del carbonero, y la del Cristo, en el otro extremo superior del pueblo, en lo que es hoy la era del Cristo.
El término, se extiende desde Mataverde (Vigilado por la peña de la Concepción), hasta Disiñana  dominado por los montes de Gallet y Peñalamiel, donde era tradicional en la época de pasa, la caza de palomas; casi seis kilómetros de montaña formando un conjunto armonioso las empinadas crestas rocosas, y una frondosa vegetación, que crece en sus laderas, predominando los robles y encinales, y el chaparro que forma espesas masas, casi intransitables, de fiollaje, salpicado de numerosos senderos que arrancan desde el mismo pueblo.
Esta orografía, da origen a varios riachuelos, que fluyen desde la zona noroeste, debajo del monte La Costalera,  deslizándose por diferentes barrancos, hasta morir  unidos en el Arga.   
El más cercano era el conocido como el chorrón; pero al que más partido se le ha sacado, era al que desde el camino de Otiñano, (población cercana al oeste) con los regadíos del Ceferino, bajaba  hasta la zona del prado, donde medio pueblo tenía huertas. Este riachuelo, ayudado con las aguas de "la fuentilla", ha servido además de utilizarlas para riego, para recolectar berros, muy apreciados como ensalada y setales de chopo,; en sus remansos se cazaban ranas y ratas de agua , pero especial atractivo tenía la pesca de cangrejos, cuando el riachuelo adquiría mas caudal, ya cerca de Cábrega. En varias huertas, había balsas artificiales de agua para el riego, cultivandose principalmente lechugas, pimientos, tomates y hortalizas. En ellas los mozalbetes se divertían en invierno, deslizándose sobre su superficie helada, y en verano se bañaban en sus aguas, en culitatis.

UN PASEO POR EL PUEBLO

Nada mejor para iniciar la andadura y recorrer sus calles, que  recordar el dia 4 de de Febrero, víspera de Sta. Agueda, día en que los niños, salíamos cantando a la Santa pidiendo por las casas.
Era una tradición muy arraigada, en la que nos convertíamos  en protagonistas, del pueblo, viviendo intensamente ese momento,  muy esperado a lo largo del año.
Se recibían donativos muy variados pero principalmente alimentos, tales como  huevos, chorizo y dulces caseros, que luego  merendábamos. La ultima que recuerdo fue en casa de Pablo y Celes, y lo que mas me impactó fue la tortilla de chorizo.      
Puerta a puerta, se iniciaba el recorrido, en  la parte baja del pueblo, encontrandonos a mitad del mismo cerca de la fuente  con su abrvadero, donde sellevaba el ganado a beber,y el lavadero comunitario, con la casa de Dios. Si amigos, digo bien, en Nazar había otro Dios, asi se le conocía, y era famoso en toda la comarca, y a los niños, nos inspiraba gran respeto.
La gente de los pueblos cercanos, a menudo preguntaban y hablaban del “Dios de Nazar”.  
Esta fiesta estaba muy arraigada, y data de tiempos muy antiguos
En Nazar, como en muchas otras partes de la comarca, eran tradicionales y muy populares, las postulaciones que se realizaban en distintas fechas del calendario. Unas veces eran cuadrillas de niños los que al son de sus cantos, solicitaban un aguinaldo  portal a portal, y otras veces correspondía el turno a los mozos , no faltando nunca a la cita anual la cuadrilla de  los “Quintos” que tambien la realizaban antes de incorporarse al servicio militar.

 Las Carboneras

Nazar, donde gran parte de su termino municipal, era alta montaña, partiendo de los 750 metros de altitud donde estaba ubicada la población, hasta llegar a los 1300 de la Peña Gallet”,  todo en empinada cuesta, que no era impedimento para avanzar con soltura, ya de niños, hasta alcanzar su cima.
El te de roca era abundante y muy apreciado, y lo solíamos recoger, trepando en las rocas; también durante el trayecto hasta la alta cumbre, los rojizos frutos del madroño, árbol bastante común, en aquellos parajes, eran comidos con glotonería.
Una de las explotaciones que más nos llamaba la atención era la elaboración del carbón  vegetal por medio de “Las carboneras”.      
Nos gustaba curiosear todo el proceso, desde que preparaban el terreno, hasta que ponían la madera, formando una especie de pirámide, pero principalmente, era mas emocionante,cuando una vez encendidas, y el fuego, en su in terior iba consumiendo la madera, intentábamos asomarnos por las humeantes chimeneas, para ver su combustion, aunque el humo nos lo impedía.
A primera vista, todo parecía sencillo, comenzando por excavar una fosa donde se apilaba la madera sobre el suelo que previamente se preparaba, luego se cubría la parva con tierra. Era un método muy antiguo y aunque hay variaciones del sistema tradicional, esencialmente, era muy simple, consistiendo fundamentalmente en que  la madera  sea carbonizada para lo cual se encierra dentro de un involucro, cámara, impermeable al aire, recubriendolo con tierra.
Aquí transcurrió mi infancia hasta los 11 años, alternando los estudios en la escuela del pueblo, con las clases particulares de mi padre, y el incansable ajetreo, en la calle, donde principalmente disfrutabamos de los ratos libres.
La casa, su unico mision era, cobijarnos para comer y dormir. El resto del dia, era un continuo, correteo por las calles y parajes próximos, donsde nos movíamos con tortal libertad.
Contrasta esta sencilla historia, con la dinámica actual de los jóvenes. Hoy la tecnología a modificado las costumbres y predominan otras activ idades, mas complejas, mas avanzadas, pero que ya desde niño te vas adaptando a ellas, y las desarrollas, con una capacidad y dinamismo envidiable. Son otros tiempos.

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